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Kangxi |
Antes de su persecución el cristianismo en China fue bien aceptado por el emperador Kangxi (1661–1722) quien protegió y admiró el talento de los jesuitas que trabajaron a su servicio. El fin último de la misión jesuita era la conversión pero su adaptación y comprensión de la realidad china y su clara distinción y compatibilidad de los rituales confucianos con los cristianos, antes sociales que religiosos, no pareció ser del agrado de Roma.
Como recuerdo de la labor del padre
Ferdinand Verbiest, el emperador Kangxi hizo publicar el 22 de mayo de 1622 el edicto que permitía la fe cristiana en China. Esta noticia era publicada el 11 de diciembre de 1695 en Madrid
"Por cartas de la China de Septiembre , y de Noviembre de 1695. fe ha fabido que el Emperador de aquel bafto Imperio, continuando los favores que haze à la Religión Chriftiana, publicò vn Decreto, por el quál les permite á todoss fus fubditos, que la abracen, y la declara por buena, y Santa. Con efto fe han declarado publicamente por Chriftianos muchos Mandarines, y Principes de la Corte [...]" Noticias ordinarias
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Clemente XI |
Los misioneros franciscanos y dominicos, que llegarían más tarde a China, no aceptarían la compatibilidad de los ritos aprobada por los jesuitas y trasladarían al papa sus quejas sobre este tema.
Clemente XI firmaba el 20 de noviembre de 1704 el decreto
Cum Deus optimus que condenaba los ritos y ponía a los misioneros jesuitas en el dilema de aceptar las órdenes de Roma o continuar su labor bajo las órdenes del emperador. Éste, publicó el 17 de diciembre 1706 un decreto que obligaba a obtener un permiso, ajustado a las prácticas de
Matteo Ricci (1552-1610), para continuar la labor misionera. y Roma reiteraba su postura en el
Ex illa die del 19 de marzo de 1715. Esta intolerancia de Roma al respecto de la compatibilidad de los ritos e interferencia en la autoridad del emperador desembocaría en 1721 en un edicto del emperador Kangxi prohibiendo las misiones cristianas.
Por cierto, la familia del librero Vicente de Armendariz andaba en aquella época metida en el negocio de los teatros en Madrid que al parecer era muy rentable.